| Todo vuelve sobre si mismo, en un circulo perfecto, para presenciar la totalidad de la vida y de la experiencia del mundo. Por esto es necesario reencontrarnos con el cuerpo, como una fuente de energía con la cual conectamos con el resto del universo, por ende para establecer una relación «no cosificada» con nuestros objetos, nuestras relaciones y nuestros conocimientos; no se trata de abandonarlos, en una abstracción nueva del ego, sino de liberarnos de ellos, para ver en derredor, cual es el movimiento del tiempo, de la historia y de la vida.
Es nuestro cuerpo una señal de la contaminación en la que tenemos sometida el medio, la naturaleza y la sociedad, y en la tarea de trascender con el, necesitamos «purificarlo», limpiarlo espiritualmente y físicamente, para presenciar la obra divina de la creación y del movimiento de la vida, muy seguramente muchos credos religiosos originalmente practicaron este don, pero se ha olvidado. En nuestra AMÉRICA, entre otras practicas, en la Amazonia colombiana, se prepara el Yage, dentro de una invocación, para curar revelar a una persona su destino, su camino, y este comienza por mostrarle sus desordenes alimentarios, su engreimiento personal, y su olvido de lo sagrado. Podemos decir que el espíritu castiga severamente el apego materialista,y que la revelación es una contrapartida del perdón y amor del Supremo creador.La revelación une el pasado y el futuro y debe reencontrar los pasos perdidos para visionar lo soñado y poner en camino el paciente. |
hunza2012 